XVIII. PERÚ


1) CONSAGRACIÓN DEL PERÚ A NUESTRA SEÑORA DE LA EVANGELIZACIÓN, PATRONA DE LA ARCHIDIÓCESIS DE LIMA

 

88. ¡ Dios te salve, María, llena de gracia, Madre de Misericordia!
Te damos gracias porque nos has dado el fruto bendito de tu vientre,
Cristo Jesús, autor de nuestra salvación.

Tú, Madre y protectora de este pueblo, nos has acompañado a través
de la historia, siendo su Maestra en la fe, en la esperanza y en el amor:
muéstranos ahora a Jesús, presentándonos el ejemplo de su vida
e intercediendo por nosotros.

En esta hora de gracia y bendición para el Perú, deseamos reafirmar
nuestra fe en Cristo Eucaristía, camino, verdad y vida, cuya Palabra
queremos acoger en nuestro corazón como tú la acogiste, de modo que,
renovados por la Eucaristía y la Palabra, podamos edificar todos
unidos la ansiada civilización del amor.

“¡Nuestra Señora de la Evangelización!”. Madre de la Buena Nueva,
sabemos que el camino es arduo; esta tierra gloriosa, cuna de santos,

se ve ahora afligida por la violencia y la muerte, por la pobreza y
la injusticia, por una honda crisis familiar fruto del olvido de la ley
del Señor, por ideologías que intentan vaciar de contenido su fe
cristiana.

Por eso queremos ofrendar a ti todo el Pueblo de Dios que peregrina
en Perú y poner cerca de tu Corazón de Madre:

 

— A los Pastores de la Iglesia, para que sigan siendo valientes
maestros de la verdad, defensores de la dignidad de sus hermanos,
constructores de la unidad.

 

— A los sacerdotes, para que cada vez más conscientes de su
vinculación con el único mediador, Cristo Jesús, prolonguen su
presencia en las comunidades, siendo fieles dispensadores de los
misterios de Dios.

 

— A las personas consagradas, para que por el fiel seguimiento de los
consejos evangélicos se dediquen intensamente a Dios como a su amor
supremo, sean signo preclaro de la Iglesia, y presencia de tu Hijo en el

mundo.

 

— A todos los laicos, para que fieles a su bautismo y guiados por el
Espíritu Santo sean verdadero testimonio del Evangelio y lo anuncien
con su vida.

 

— A los hogares cristianos, para que como verdaderas iglesias
domésticas, sean auténticos santuarios donde se viva la fe, la esperanza
y la caridad, donde florezca la fidelidad, la obediencia filial, el amor
mutuo.

 

— A los jóvenes, para que tengan el valor de brindar todas sus
energías en construir un nuevo Perú donde se viva sin temor el espíritu
de las bienaventuranzas del reino.

 

— A los pobres, ancianos, enfermos, a las víctimas de la injusticia y la
violencia, a los que están llevando la cruz de la pasión de tu Hijo, para
que encuentren consuelo en su fe, fortaleza en su esperanza, ayuda

solidaria y fraterna en todos sus hermanos.

 

— A los responsables del gobierno de la nación y a los que rigen la
sociedad, para que con rectitud y entrega generosa conduzcan el pueblo

del Perú por caminos de justicia y libertad en convivencia pacífica.

 

Madre y Señora nuestra, acoge con amor esta ofrenda de tus hijos y
bendice esta amada tierra con los dones de la reconciliación y la paz.

 

¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

 

Juan Pablo II. Discurso. Catedral de Lima, Perú. 14-V-1988.
Fuente: vatican.va

 

CONSAGRACIÓN DE LA JUVENTUD PERUANA
A LA SANTÍSIMA VIRGEN 

89. María, Madre de Jesús y Madre nuestra, hoy la juventud peruana
reunida junto al Vicario de Cristo, para proclamar su fe, su
incondicional entrega a Jesucristo y su disponibilidad para construir
un mundo más justo, más fraterno y más cristiano, quiere consagrarse
a ti.

 

Conscientes de nuestra debilidad, nos acercamos con la confianza del
hijo que busca la protección de su Madre. Ponemos en tus manos
nuestros anhelos, nuestras inquietudes, nuestras esperanzas. Queremos
construir un mundo mejor, donde reine el amor, la justicia y la paz.
Te ofrecemos todas nuestras fuerzas jóvenes con la decisión de seguir
la enseñanza de Cristo, no buscando ser servidos sino servir, servir a
nuestros hermanos, y cuanto más necesitados, más. Servir a la Iglesia,
sacramento universal dé salvación, servir al Perú, nuestra patria, para
que tu Hijo, Jesús, sea amado y acogido por los jóvenes.

 

Te ofrecemos nuestros años de juventud para que, bendecidos con tu
amor maternal, seamos capaces de cumplir nuestro deber por encima
de todo provecho propio.

 

Intercede en nuestro favor, a fin de que en este período de nuestra
existencia penetremos y asimilemos el mensaje que Cristo trajo al

mundo, sin paliarlo ni tergiversarlo, sino aceptándolo en toda su
plenitud y exigencia. Consíguenos la nobleza de reconocer nuestras
fallas y debilidades, y la fuerza de convertirnos constantemente a
Cristo Salvador.

 

Alcánzanos la gracia de que nuestra vida no sea vacía, sino que logre
ser, en el estado de vida que Dios quiera para cada uno de nosotros,

un testimonio vivo, un aliciente para que los hombres se acerquen y

encuentren la acción transformadora de Dios. María, Madre de la

Iglesia y Madre nuestra, acepta nuestra ofrenda y acompáñanos en
nuestro caminar por el mundo. Amén.

 

Juan Pablo II . Hipódromo de Monterrico. Sábado 2 de febrero de 1985

http://www.mariologia.org/oracionesamaria00127.htm

Fuente: vatican.va

 

2) ORACIONES A NUESTRA SEÑORA DE CHAPÍ,
PATRONA DE AREQUIPA

90. Ante la imagen de Nuestra Señora pongo las intenciones de toda

la Iglesia, especialmente de la Iglesia en el Perú y en Arequipa:

«Oh Madre de Cristo, Santa Madre de Dios, venerada con amor

tan entrañable por el Pueblo de Dios en toda la tierra peruana.

Madre y Reina de todos los Santos que ha dado esta tierra: Toribio
de Mogrovejo, Rosa de Lima, Martín de Porres, Juan Macías, Ana
de los Ángeles, proclamada Beata en el día de hoy.

No dejes de llevar a Jesús en tus manos; llévalo a los corazones de
todos los que, en esta tierra, tan amorosamente confían en ti.

Llévalo siempre, como lo llevaste al templo de Jerusalén; que los ojos
de nuestra fe se abran en todo momento como se abrieron los ojos

de Simeón. Junto con él profesamos: ¡«Luz para iluminar a las gentes»!

Que en El los ojos de nuestra le vean siempre la salvación que viene de

Dios... ¡Del mismo Dios! Amén.

 

Juan Pablo II. Homilía en Arequipa, Perú - 2-II-1985

http://www.mariologia.org/oracionesamaria00080.htm

Fuente: vatican.va

91. ORACIÓN A LA VIRGEN DE CHAPÍ
Bendita Sea tu pureza
Y eterna los sea,
Pues todo un Dios se recrea
En tan graciosa belleza.
A Ti, Celestial Princesa,
Virgen Sagrada Maria,
Yo te Ofrezco en este Día
Alma, vida, y corazón;
Mírame con compasión;
No me dejes Madre mía,
Morir sin tu bendición.

92. CÁNTICO A LA VIRGEN DE CHAPI
A tus pies Señora

Cansado llegue

Cercado de angustias

Y de penas mil

 

Hay dulce Maria

De mi corazón

Tú eres la esperanza

De mi salvación

 

De rodillas vengo

A besar tus pies

Y a pedir consuelo

Para mi dolor

 

Solo en tu mirada

Hallo dulce paz

Esa paz que el mundo

No me puede dar.

 

Sin Padre, sin Madre

A donde iré a dar

A ti como Madre

Mis quejas daré.

 

Póstranos, Oh Madre

Te lo suplicamos

Siempre con tu Hijo

Queremos estar.

 

Oh Virgen de Chapí

Reina del Amor

No permitas Madre

Perder a Jesús

 

http://members.fortunecity.es/virgendechapi/oracion.htm

 

3) ORACIÓN A MARÍA, LA MADRE DE LA ESPERANZA EN AYACUCHO

93. Vamos a orar ahora con Ella recitando el Ángelus: Pidámosle que
ilumine a los gobernantes, estimule a las fuerzas vivas del país,

pacifique a los violentos, ayude a los que sufren.

¡Que Santa María obtenga de su Hijo la paz eterna para los muertos
de esta región!

¡Que la Virgen fiel interceda ante su Hijo por las víctimas del

terrorismo, para que hallen consuelo, ayuda y eficaz solidaridad!

¡Que la Madre del Redentor del hombre aliente los esfuerzos por
mejorar la situación en todos los países que conocen la injusticia
o la escasez!

¡Que la Madre de la Iglesia impulse a sus hijos a comprometerse
en el servicio al desarrollo integral de sus hermanos más necesitados!

 

Visita Pastoral a Perú. Llamada a los hombres de la lucha armada.
 Domingo 3 de febrero de 1985. Fuente: vatican.va

 

 

4) NOVENA A LA VIRGEN DEL CARMEN
  
ALCALDESA PERPETUA DE LIMA, REINA DEL CRIOLLISMO
  Y PATRONA  DE LOS BARRIOS ALTOS

94. Acto de contrición para todos los días

Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad
Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón
te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco
por mi Dios y mi Señor; en ti creo, en ti espero y en ti confío.
Me has de perdonar mis culpas y dar tu gracia y perseverancia en ella,
y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A ti
te amo sobre todas las cosas. A ti confieso mi suma ingratitud y todas
mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me
concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos
ofendido, por ser vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con
vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones

de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en
todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma
limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora

mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en
esta novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y
provecho de mi alma. Amén.

 

Oración inicial para todos los días

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores,
y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario;
por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para
verdadera  Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el
perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi
alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones
y la gracia especial que pido en esta novena, si conviene para su mayor
honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo
me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu
de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte

dignamente: y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil
veces, diciendo: (rezar tres avemarías)

 

Oración final para todos los días

Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se
cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos
estén unidos a ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de
esta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos
postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna
tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro
Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre,
así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y
las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos
pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino
Hijo y a tantos infieles como gimen en las tinieblas del paganismo.
Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte
ahora y por toda la eternidad. Así sea.

Primer día
Comenzar con el acto de contrición y la oración.

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que fuiste figurada en
aquella nubecilla que el gran Profeta de Dios, Elías, vio levantarse

del Mar, y con su lluvia fecundó copiosamente la tierra, significando
la purísima fecundidad con que diste al mundo a tu querido Hijo
Jesús, para remedio
universal de nuestras almas: te ruego, Señora, me alcances de su majestad
copiosas lluvias de auxilios, para que mi alma lleve abundantes frutos de

virtudes y buenas obras, a fin de que sirviéndole con perfección en esta,
vida, merezca gozarle en la eterna. Así, Señora, te lo suplico humildemente,
diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta novena.
Terminar con la oración final.

 

Segundo día

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que por tu singular amor
a los Carmelitas los favoreciste con tu familiar trato y dulces coloquios,
alumbrándolos con las luces de tu enseñanza y ejemplo de que
dichosamente gozaron. Te ruego, Señora, me asistas con especial
protección, alcanzándome de tu bendito Hijo Jesús luz para conocer
su infinita bondad y amarle con toda mi alma; para conocer mis culpas
y llorarlas para saber como debo comportarme a fin de servirle con
toda perfección; y para que mi trato y conversación sean siempre para
su mayor honra y gloria y edificación de mis prójimos. Así, Señora, te
lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de

misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta novena.
Terminar con la oración final.

 

Tercer día

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que te dignaste admitir
con singular amor el obsequio filial de los Carmelitas, que entre todos
los mortales fueron los primeros que en tu honor edificaron un templo
en el Monte Carmelo, donde concurrían fervorosos a darte culto y
alabanza. Te ruego, Señora, me alcances sea mi alma templo vivo de
la Majestad de Dios, adornado de todas las virtudes, donde Él habite
siempre amado, adorado y alabado por mi, sin que jamás le ocupen
los afectos desordenados de lo temporal y terreno. Así, Señora, te lo
suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de

misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta novena.
Terminar con la oración final.

 

Cuarto día

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para mostrar
tu especialísimo amor a los Carmelitas les honraste con el dulce
nombre de hijos y hermanos tuyos, alentando con tan singular favor su
confianza, para buscar en ti, como en amorosa Madre, el remedio, el
consuelo y el amparo en todas sus necesidades y aflicciones,
moviéndoles a la imitación de tus excelsas virtudes. Te ruego, Señora,
me mires, como amorosa Madre y me alcances la gracia de imitarte,
de modo que dignamente pueda yo ser llamado también hijo tuyo, y
que mi nombre sea inscrito en el libro de la predestinación de los hijos
de Dios y hermanos de mi Señor Jesucristo. Así Señora, te lo suplico
humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta novena.
Terminar con la oración final.

 

Quinto día

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para defender a los

Carmelitas, tus hijos, cuando se intentaba extinguir la sagrada
Religión del Carmen, mostrando siempre el amor y singular
predilección con que los amparas, mandaste al Sumo Pontífice,
Honorio III, los recibiese benignamente y confirmase su instituto,
dándole por señal de que esta era tu voluntad y la de tu divino Hijo,
la repentina muerte de dos que especialmente la contradecían. Te ruego,
Señora, me defiendas de todos mis enemigos de alma y cuerpo, para
que con quietud y paz viva siempre en el santo servicio de Dios y tuyo.
Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina
y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta novena.
Terminar con la oración final.

 

Sexto día

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para señalar a los
Carmelitas por especiales hijos tuyos, los enriqueciste con la singular
prenda del santo escapulario, vinculando en él tantas gracias y
favores para con los que devotamente lo visten y cumpliendo con sus
obligaciones, procuran vivir de manera que imitando tus virtudes,

muestran que son tus hijos. Te ruego, Señora, me alcances la gracia de
vivir siempre como verdadero cristiano y cofrade amante del santo
Escapulario, a fin de que merezca lograr los frutos de esta hermosa
devoción. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te
Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta novena.
Terminar con la oración final.

 

Séptimo día

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que en tu santo Escapulario

diste a los que devotamente lo visten, un firmísimo escudo para
defenderse de todos los peligros de este mundo y de las asechanzas del
demonio, acreditando esta verdad con tantos y tan singulares milagros.
Te ruego, Señora, que seas mi defensa poderosa en esta vida mortal,
para que en todas las tribulaciones y peligros encuentre la seguridad,
y en las tentaciones salga con victoria, logrando siempre tu especial
asistencia para conseguirlo. Así, Señora, te lo suplico humildemente,
diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta novena.
Terminar con la oración final.

 

Octavo día

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que ejerces tu especial
protección en la hora de la muerte para con los que devotamente visten
tu santo Escapulario, a fin de que logren por medio de la verdadera
penitencia salir de esta vida en gracia de Dios y librarse de las penas
del infierno. Te ruego, Señora, me asistas, ampares y consueles en la
hora de mi muerte, y me alcances verdadera penitencia, perfecta
contrición de todos mis pecados, encendido amor de Dios y ardiente
deseo de verle y gozarle, para que mi alma no se pierda ni condene,

sino que vaya segura a la felicidad eterna de la gloria. Así, Señora,
te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de
misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta novena.
Terminar con la oración final.

 

Noveno día

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que extendiendo

tu amor hacia los Carmelitas, aún después de la muerte, como
piadosísima Madre de los que visten tu santo escapulario consuelas
sus almas, cuando están en el Purgatorio, y con tus ruegos consigues
salgan cuanto antes de aquellas penas, para ir a gozar de Dios, nuestro
Señor, en la gloria. Te ruego, Señora,
me alcances de su divina Majestad cumpla yo con las obligaciones

de cristiano y la devoción del santo escapulario, de modo que logre este
singularísimo favor. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo:
Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta novena.
Terminar con la oración final.

catholic.net

5) ORACIÓN A LA VIRGEN DE ARÁNZAZU,
    O DE  LA MANZANA, DE LIMA

95. Madre, eres luz, consuelo y guía
de quien con piedad te reza;
socorre con gran largueza
a nosotros Madre mía.
Quisiste, Virgen María
en un espino reinar
y a un pobre pastor
tus favores ofreciste.
Madre de pureza,
Aránzazu monte umbroso,
hornacina de mi amor,
pedestal que hizo el señor
a la que es amor hermoso,
te ofrezco con gran ternura
un saludos Madre mía

http://www.euskonews.com/0422zbk/kosmo42201.html

 

6) ORACIÓN A LA INMACULADA VIRGEN DE LA PUERTA,
    PATRONA DEL NORTE DEL PERU Y REINA UNIVERSAL

   DE LA PAZ

96. Inmaculada Virgen De La Puerta, Madre de Dios
y Madre Nuestra, Patrona del Norte del Perú y Reina
Universal de la Paz, deseando manifestarte nuestro amor
nos consagramos a tu devoción entregándote nuestro corazón.
Reina de los ángeles de los santos de los cielos y la tierra,
eres excelsa y no necesitas otra recomendación que ser
nuestra Madre, nos ofrecemos aunque indignos por hijos tuyos
míranos con ojos de piedad, extiéndenos tus brazos llenos de amor,
ábrenos tu maternal corazón, líbranos de los peligros socórrenos
siempre y no nos abandones jamás.
Oh amorosísima patrona condúcenos a la patria celestial, ábrenos
las puertas del cielo para cantar contigo la gloria de Dios. Amen.

 

http://virgendelapuertademoche.blogspot.com/