XV. NICARAGUA

80. CANTO A LA VIRGEN DE LA CONCEPCIÓN DE EL VIEJO, PATRONA DE NICARAGUA

¡Oh! Virgen de Concepción
Madre querida de Dios,
Entre las bellas criaturas
La escogida fuiste vos.

Eres más linda que el sol,
Más blanca que la azucena,
Más brillante que la luna
Y de Gracia toda llena.

Tu primer nombre es María
Santísimo es el segundo
De Concepción el tercero
Y abogada de este mundo.

Vos tenéis, dulce Señora
Remedio muy adecuado
Para libertar al hombre
Del rigor y del pecado.

A vos venimos, Señora,
Humildemente rendidos
Y también arrepentidos
Nos curéis de tan gran mal.

Esperando de vuestro Hijo
Nos conceda lo deseado.
Y confiando en vuestra gracia,
Ya nos veamos remediados.

Y al separarnos de vos
Nos vamos muy consolados;
Por ser nuestra medianera
Y nuestra fiel abogada.

Ya se acercan los momentos
De retirarnos de vos
¡Oh Virgen de Concepción,
Adiós, pues, adiós, adiós!

 

      De los cantos nicaragüenses de «gritería».
      http://www.eltestigofiel.org/oracion/oratoriov.php?idv=27

 

81. NOVENA ANUESTRA SEÑOR LA       INMACULADA CONCEPCIÓN DEL VIEJO

Puestos de rodillas, delante de una imagen de la Inmaculada Concepción, se santiguará y luego dirá todos los días el siguiente

Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Ante vuestra divina presencia reconozco que he pecado muchas veces y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de haberos ofendido. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo no volver a caer más, confesarme y cumplir la penitencia que el confesor me imponga. Amén.

 

Oración preparatoria para todos los días
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.

 

A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva,
venimos confiados y suplicantes en esta novena, para rogarte nos
concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo,
libres de toda mancha de pecado. Acordaos, Virgen Santísima,
que habéis sido hecha Madre de Dios, no sólo para vuestra dignidad
y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el
género humano. Acordaos que jamás se ha oído decir que uno solo
de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro
socorro haya sido desamparado. No me dejéis pues a mí tampoco,
porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejaros a vos,
antes bien cada día quiero crecer más en vuestra verdadera devoción.
Y alcanzadme principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer
jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y
la tercera, una buena muerte. Además dadme la gracia particular
que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, vuestra
y bien de mi alma.

Oración final para todos los días
Bendita sea tu pureza
Y eternamente lo sea,
Pues todo un Dios se recrea
En tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen sagrada María,
Te ofrezco en este día
Alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, madre mía!

 Primer día
¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como preservaste a María del pecado original en su
Inmaculada Concepción y a nosotros nos hiciste el gran beneficio
de libramos de él por medio de tu santo bautismo, así te rogamos
humildemente nos concedas la gracia de portarnos siempre como
buenos cristianos, regenerados en ti, Padrenuestro Santísimo.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de esta novena.
 
A continuación se dirá la Oración final para todos los días y la
Letanía a la Virgen

Segundo día
¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como preservaste a María de todo pecado mortal en toda
su vida y a nosotros nos das gracia para evitarlo y el sacramento de la
confesión para remediarlo, así te rogamos humildemente, por
intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de no
cometer nunca pecado mortal, y si incurrimos en tan terrible desgracia,
la de salir de él cuanto antes, por medio de una buena confesión.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de la novena.
A
continuación se dirá la Oración final para todos los días y
la Letanía a la Virgen.

Tercer día 

¡Oh santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como preservaste a María de todo pecado venial en toda
su vida, y a nosotros nos pides que purifiquemos más y más nuestras
almas, para ser dignos de ti, así te rogamos humildemente, por
intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de evitar
los pecados veniales y de procurar y obtener cada día más pureza y
delicadeza de conciencia.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de la novena.
A
continuación se dirá la Oración final para todos los días y
la Letanía a la Virgen.

 Cuarto día 
¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como libraste a María del pecado y le diste dominio
perfecto sobre todas sus pasiones, así te rogamos humildemente,
por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de ir
domando nuestras pasiones y destruyendo nuestras malas
inclinaciones, para que te podamos servir con verdadera libertad de
espíritu y sin imperfección ninguna.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de la novena.
A
continuación se dirá la Oración final para todos los días y
la Letanía a la Virgen.

Quinto día  
¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como desde el primer instante de su Concepción diste a
María más gracia que a todos los Santos y Ángeles del cielo, así te
rogamos humildemente por intercesión de tu Madre Inmaculada nos
inspires un aprecio singular de la divina gracia que tú nos adquiriste
con tu sangre y nos concedas el aumentarla más y más con nuestras
buenas obras y con la recepción de tus santos sacramentos,
especialmente el de la comunión. 


Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de la novena.
A
continuación se dirá la Oración final para todos los días y
la Letanía a la Virgen.

Sexto día
¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como desde el primer instante infundiste en María, con
toda plenitud, las virtudes sobrenaturales y los dones del Espíritu
Santo, así te suplicamos humildemente, por intercesión de tu Madre
Inmaculada, nos concedas a nosotros la abundancia de estos mismos
dones y virtudes, para que podamos vencer todas las tentaciones y
hagamos muchos actos de virtud dignos de nuestra profesión de
cristianos. 

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de la novena.
A
continuación se dirá la Oración final para todos los días y
la Letanía a la Virgen..

Séptimo día
¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como diste a María, entre las demás virtudes, una
pureza y castidad eximia, por la cual es llamada Virgen de las
vírgenes, así te suplicamos, por intercesión de tu Madre Inmaculada,
nos concedas la dificilísima virtud de la castidad, que no se puede
conservar sin tu gracia, pero que tantos han conservado mediante la
devoción de la Virgen y tu protección.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de la novena.
A
continuación se dirá la Oración final para todos los días y
la Letanía a la Virgen.

 Octavo día
¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como diste a María la gracia de una ardentísima caridad
y amor de Dios sobre todas las cosas, así te rogamos humildemente,
por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas un amor
sincero a ti, oh Dios y Señor nuestro, nuestro verdadero bien, nuestro
bienhechor, nuestro Padre, y que antes queramos perder todas las
cosas que ofenderte con un solo pecado.


Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de la novena.
A
continuación se dirá la Oración final para todos los días y
la Letanía a la Virgen.

Noveno día
¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como has concedido a María la gracia de ir al cielo y
de ser en él colocada en el primer lugar después de ti, así te
suplicamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada,
nos concedas una buena muerte, que recibamos bien los últimos
sacramentos, que expiremos sin mancha ninguna de pecado en la
conciencia y vayamos al cielo para siempre gozar en tu compañía y
la de nuestra Madre, con todos los que se han salvado por ella.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de la novena.
A
continuación se dirá la Oración final para todos los días y
la Letanía a la Virgen.

Letanía a la virgen
Señor
, tened piedad de nosotros.
Cristo, tened piedad de nosotros.
Señor, tened piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escuchadnos,
Dios, Padre celestial.
Dios, Hijo, Redentor del mundo.
Dios, Espíritu Santo.
Trinidad Santa, un solo Dios.
Santa María,
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre inviolada,
Madre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de exaltación,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso insigne de devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la alianza,
Puerta del Cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los Cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina, concebida sin pecado original,
Reina, asunta a los Cielos,
Reina del santísimo Rosario,
Reina de la Paz,
Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo.
Perdonadnos, Señor.
Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo.
Escuchadnos, Señor.
Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo.
Tened piedad de nosotros.

V. Rogad por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos
de las promesas de Jesucristo.

Os rogamos, Señor Dios, que nos concedáis a vuestros siervos
gozar de continua salud de alma y cuerpo; y que por la intercesión
de la siempre Virgen Santa María, seamos libres de las tristezas
de esta vida y gocemos de las eternas alegrías del cielo. Por Cristo
Nuestro Señor. Amén

http://webcatolicodejavier.org/inmaculada.html

 

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED


DEL SANTUARIO DE LEÓN[1]
82. Virgen y Señora nuestra de la Merced,
a ti suplicamos que, mediante tu maternal intercesión ante tu Hijo
Jesucristo, nos alcances la verdadera libertad de los hijos de Dios
y nos hagas libres de cualquier esclavitud, de modo que
experimentemos en nosotros la alegría de la salvación. Amén
Madre de la Merced, enséñanos a valorar nuestra fe cristiana, haznos
capaces de amar con caridad mercedaria, conviértenos en portadores
de paz. Que tus besos derritan la violencia que nos envuelve, hasta
que recuperemos, en tu regazo materno, la ilusión de familia,
transformado el mundo en un hogar. Bendice esta ciudad tuya, que
te proclama patrona y princesa y gusta, enamorada, de llamarte madre.

 http://www.corazones.org/maria/merced.htm



[1] Los frailes mercedarios llevaron al continente americano su amor a la Virgen de la Merced, que se propagó ampliamente. En República Dominicana, Perú, Ecuador, Argentina Nicaragua y muchos otros países.